Mon está preparado para su primer día: zapatillas nuevas, ropa de deporte, botella de agua… y una sensación en el estómago como de hambre, acaba de salir por la puerta y piensa en entrar a almorzar pero desiste, boicotear su impulso sería un error facilón.
Baja las escaleras a buen ritmo y camina deprisa hasta el parque para calentar, una vez allí empieza a correr, se cruza con un chico que lleva auriculares, «claro, con música te animas y aguantas más, el próximo día los cojo» sigue corriendo, lleva una vuelta al parque y ya está un poco cansado, Mon ve a otro chico que está bebiendo bebida energética, «cómo no se me ha ocurrido… si bebes eso aguantas más» Mon le da un trago a su botella de agua resignado, quiere correr cinco vueltas, arranca la segunda y se cruza una chica… «va sola, parece simpática, ¿tendrá novio?» entonces Mon se gira a ver hacia dónde va la chica y…
¡¡¡Patapúm!!!
Se cruza con un perro y cae de bruces, cuando levanta la cabeza la chica está a su lado, « ¿estás bien? » le pregunta, «sí…» responde Mon mirándola ensimismado, «disculpa, es que me gusta hacer deporte con mi perro y lo había soltado», «no pasa nada, estoy bien» Mon se levanta y empieza a correr pero enseguida nota el tobillo dolorido, intenta disimular porque la chica sigue mirando, «hasta luego» le dice Mon, y cambia de sentido hacia la salida del parque y se marcha a su casa, «hasta otro día» le contesta la chica.
Al llegar a casa se pone una bolsa de guisantes congelados en el tobillo, se le ha quedado una sonrisa divertida en la cara, Mon es un chico optimista, piensa en que por fin ha empezado a correr y que ha conocido a una chica muy simpática, ¿y la caída? bueno, no será para tanto…
