En una semana Mon ya está recuperado. Todos los cuidados naturales le han dejado como nuevo, así que ha decidido retomar el running. Pero antes quiere buscar su radio con auriculares y bajar a la herboristería a por alguna bebida isotónica para reponer minerales. Le recomiendan Vitaldrink de Infisport y Mon elige sabor a limón, así su botella le proporcionará más energía.
Ya equipado con su ropa deportiva, música disco y botella de Vitaldrink, Mon baja las escaleras de su casa y abre la puerta para caminar hacia el parque. Allí hace unos buenos estiramientos al lado de un banco de madera, estira una pierna y ve pasar un grupo de chicos con camiseta del equipo de running del pueblo, le gusta. Estira la otra pierna y aspira el aire fresco del parque, estira los brazos, un par de vueltas al cuello y arranca… Una sensación de alivio le viene al comprobar que el tobillo no le duele. Sigue corriendo. Siente el impulso de cada zancada y una libertad física como si su cuerpo fuera un instrumento con el que correr. Se siente bien. A las tres vueltas decide parar a tomar un trago de bebida de limón, está buena… Cuando levanta la cabeza de la botella la ve, es ella, la chica del perro, y el perro, claro…
- ¡Hola! – dice la chica.
- Hola… – responde Mon vergonzoso.
Ella está paseando al perro que en ese momento le da un tirón para olisquear un árbol más alejado. La chica se gira y saluda con la mano a Mon que se queda con una sonrisa torcida en la cara.