Mon no se puede ni mover. Se ha despertado fatal, le duele todo el cuerpo.
Nota dos bolas en la garganta que casi se tocan, y un dolor de cabeza horrible. Por suerte no tiene fiebre, aunque él nunca ha sido de fiebre, sólo con unas décimas se marea y no se puede levantar de la cama.
Y por ese motivo: que no tiene fiebre, no piensa ir al médico, aún está a tiempo de curarse con remedios naturales, así que baja a la herboristería, entra, y mira a Gloria con cara de acelga:
—Hola, Gloría, estoy hecho polvo, ¿Qué puedo tomarme?
—Vaya constipado, ¿qué te duele?
—Garganta, cabeza, congestión nasal…
—Mira, para la garganta te puedes tomar estos comprimidos de propóleo, equinácea, eucalipto y vitamina C. Un jarabe para la tos y un spray para la congestión nasal; Además un complemento alimenticio de vitamina C y otro para reforzar el sistema inmunitario.
— Perfecto, me lo llevo todo.
—Y ya sabes, caldito y cama, que será lo que más te apetezca…
Mon sale un poco alicaído, es el segundo fin de semana que no puede salir a correr, y ahora encima se encuentra tan mal que no podrá ni quedar con sus amigos…
«Voy a llamar a mi madre» – piensa mientras camina hacia su casa con la bolsa llena de remedios naturales para su catarro. «Si pudieron curar mi torcedura también se curará el catarro, con todo esto y el caldo de mi madre el lunes estoy nuevo.» Y una pequeña sonrisa le asoma en la cara.